VICEVERSO
Has vuelto, dulcemente, has vuelto
jueves
miércoles
De nuevo un quejido (desde dentro) empaña toda la habitación.
El búho abre los ojos, la vida baja el telón.
Los abre mucho , acechando en la noche mis vagos movimientos , en esta cama grande donde acuden los sueños y alguna pesadilla me abraza por la espalda y se ciñe a mi pecho soltando sin modales eléctricos fantasmas que deshacen el lecho y me talan el alma.
Es un miedo diáfano , una ansiedad profana la que me paraliza.
Aparece la nada...
Yo me abrazo a la almohada , a los dulces deseos que invento en la penumbra , a las sonrisas dadas, a las suaves palabras que en secreto me alumbran.
Es una guerra fría con un sudor febril recorriendo mi tronco, mordiendo mi raíz y todo en un segundo.
Yo decido dormir.
El búho centellea , me aleja de este mundo , me viste de Atenea , me arrulla entre sus alas y en sus ojos me hundo.
jueves
Todo es usura y remordimiento
No hay libertad en los actos.
Nada es aliento.
Y sin embargo...
Busco un infinitivo sin verbo que se anude a mí pecho, una quimera, un astro vestido de primavera, paloma que rendida ante mí llega como la blanca espuma, terciopelo de luna arribando las alas de mi carabela y esa bruma chocando en las aceras, entre las hojas de una lluvia que me cala el alma.
La calle hipnotiza cualquier recuerdo y lo pierde entre el gentío al que no pertenezco , es todo tan artificial...
A duras penas sobrevive un árbol entre tanta marea y me aferro a su tronco.
¿Cómo lo haces?
Y se aferra a mi tronco.
¿Cómo lo hago?
Todo es ahora natural.
Hasta las lágrimas.
Crece un musgo silencioso.
En los charcos las estrellas se reflejan.
El viento no borra aquello que fue dado pero si borra aquello que no tiene destino.
Ahora el bosque corea mi nombre y ningún lobo puede contagiarme de miedo.
No me salva mirar al cielo, sólo me salva cada miembro de mi cuerpo siendo consciente de estar vivo.
Solo eso, la pasión de saberme.
Ese impulso feroz de creer en que el mar puede partirse en dos para abrazarme y hacerme el boca a boca en la orilla.
Por primera vez.
Haevn/ the sea Symphonic Tales
lunes
Llegas a mí como no hiciste antes.
Llegas y las manos me llenas
de la mirada que un día fue ciega.
Y las manos me arden,
y las manos se quiebran
y tiemblan cómo un gorrión
bajo la lluvia.
Tiemblan...
En cada trazo creo ver tus dedos
inventándome.
Tus dedos expertos creándome de
nuevo para que me vea,
para que no caiga.
Sujetándome.
Tus dedos...
Mi percepción pasea entre los ocres , en ese cielo en sepia que ha volado hasta mí desde tus ojos y que dicen más que tu boca, más que cualquier palabra,más que la palabra misma, dicen que el latido está en la tierra, en los cuerpos, en las miradas, en las voces.
En las voces que tiemblan...
En tus dedos que tiemblan ...
En la palabra que tiembla.
jueves
He soñado que el mundo me abrazaba en su orilla y tu voz aplacaba su constante tormenta.
Me muevo silenciosa encendiendo galaxias por si alguna se asoma al alba de tus iris.
He soñado desnuda con tu árido cuerpo y dichosa he sentido en mi cuerpo la vida revolverse de espuma.
Que una risa furiosa , lasciva y atrevida corría las cortinas para seguir amándonos.
Que en mi árbol frondoso se esparcían tus flores.
Que sin ser sueño el sueño
me has tenido en tus brazos.
...
Me has soñado esta noche.
miércoles
martes
viernes
Hay un extraño desastre que corroe mis entrañas y rodea de caos todo lo que palpita.
Sólo una mariposa se ocupa de su vuelo como si no me habitara, ajena a la brújula que orienta la mirada hacia ninguna parte.
Escucho el aleteo que me inflama hasta el alma y me canta de besos llevándome hacia ti.
Un húmedo goteo me penetra preciso con su canto sonoro.
Casi lloro.
Ya en el norte se posa mi pupila engañosa y en el sur ya la rosa esparce de rocío al tenaz colibrí.
Ya al este están tus manos abrasando las simas y al oeste mi pelo celebra jubiloso esta danza febril.
Mi gemido es un mantra atado a tu elefante , a tu alfa auditivo anudando mi beta, a tu cálido arroyo derramado en mis alas, a tu suelo preciso , a tu ser, a mi casa.
Tendida en el corazón,
la sombra de tu presencia,
que no es huella ni es esencia,
que se escapa a la razón,
que me aborda el cuerpo entero
y me anula la conciencia
cuando nazco, vivo y muero
en esa, tu otra dimensión
Dónde pronuncio un "te quiero"
y mi alma se confiesa.
¿Como pedirle a los ojos
que borren esta pasión
al tenerte así, tan cerca?
¿Como contener la pluma
y la tinta donde mojo
estas letras sin sentido?
¿Que enajenación es esta
cuando te siento conmigo
y soy más libre que nunca
sabiendo que soy tu presa?
domingo
Entonces tú ,abrigado de mí, te rompes en la niebla.
Roto.
¿En que momento recojo los pedazos que son viento y los anudo a ti , que no a mí porque son tuyos y eres tú para que te quiera?
¿En que instante preciso te suelto de mis manos para que vueles y se aplaquen los barrotes de nuestra jaula? Porqué vuelas y yo te miro y vuelo y se borran las distancias
y se amaina el oleaje y amanece el beso.
viernes
El sol está sangrando glóbulos negros.
Aguijones de abejas quiebran
los féretros,
que de cimas más altas siguen
cayendo, y rompen los silencios
abruptos del cementerio.
Deshilachado el río, pierde el torrente, anegando los gritos de dos imperios.
Esposando a la luna que cae creciente ante los ciegos ojos
de la impasible muerte.
Así se abren las tumbas.
Así el sepulcro.
Así crece la turba
de los difuntos.
Así se reproduce toda la historia.
Así el odio se instala en la memoria.
sábado
Tampoco sé cuándo la vida me hace participé de sus íntimos deseos o de sus intereses.
Simplemente llega y me envuelve en su acróstico huracán.
Entonces yo, que soy una pluma curiosa , me dejo arropar en su papel de embalaje.
Un cambio más (pienso)
Y dejo que esa reflexión aplaque mis lágrimas.
A veces son arcoiris, otras son cataratas .
Entonces...
Suena el bandoneón entre mis sienes.
A su compás separo los ríos de sal de los de mieles.
Me acompaso del asombro de saberme.
Caen en la luna mis llantos y placeres y abdico a la locura que es continuar creyendo en mí.
Una salvaje intentando sostener el equilibrio.
Me adentro en el Um
Jumanji...
Yokai
En esos impredecibles mundos donde no me hayo.
Encuentráme aquí, amor.
En esta ecuación donde no entra nadie.
A salvo.
viernes
Aquel muchacho me mira con lascivia.
Me imagino montándome con él sobre la barra...
Paro en seco.
Pero la imaginación es una irrefrenable estampida de animales.
Me pido una "Amuerte" con lima y mucho hielo, y saco un Ibuprofeno del bolso.
Para el dolor.
Para los dolores.
Tal vez mañana me arrepienta, cuando derramada sobre él me lama como un perro en llamas.
Ahora pienso: no lo hagas.
Pero el pensamiento es ese tenebrio ; ese alimento vivo y digerible sin punto de retorno.
Quizás trás unos tragos y un cruce de miradas...
O quizás no.
jueves
A veces me recuerdo y me veo borrosa en ese celuloide del que soy concurrencia.
Cuál fiel espectadora de mis muchas hazañas, me aplaudo y beso el suelo como buena Papisa.
Reclino la butaca que está junto a la puerta donde un "Éxit" en rojo me recuerda que ante un fuego, tener un extintor te alivia la salida.
Me lo recuerda parpadeando con cliqueos de morse y guiños de actor porno.
Me sonrojo .
-Que te conozco , que te conozco- Me susurra el neón...
Y yo que no me callo, ya desde el escenario saludo a mi reflejo con un conejo verde sacado de un bombín.
Esperanza , esperanza (me nubla la pantalla)
Entre las bambalinas me persigo y me cojo , me siembro y me deshojo.
Siempre voy tras de mí.
martes
Ronroneamos y lamemos nuestros pelajes cariñosamente.
El viaje así se hace más ameno.
A los pies de los Montes Zagros comenzamos a rozarnos alguna que otra calva.
En Babilonia descubrimos el placer de nuestras pieles; a cada roce la metamorfosis se hace más evidente.
Nuestra alopecia nos proporciona un amplio escaparate de sensaciones en el que caemos irremediablemente mientras nos frotamos los lomos con ardor.
La tripulación elucubra que tipo de deidad nos ha poseído y ya en el Nilo, lampiños, podemos leernos las dermis mientras él dibuja con las estrellas mi nuevo nombre: Bastet.
Así : plateado, húmedo, brillante , como el maullido de la luna sobre el agua.
viernes
jueves
La mente dormita tras las secuelas
de un apagón definitivo.
Te dejas arrastrar por la tormenta,
trashumante como el rayo
que muere en cualquier parte.
Por el parto de una nova y su nebuloso rugido.
Inspira.
Lento.
Sal de tu cuerpo.
Sé halita.
Sé la joya de Kalahari.
Deja que caigan las risas
cómo gotas milagrosas
esparcidas en el aíre.
Deja que tu alma fetal
comience a dar sus brotes,
que el laguno se cubra de rocío,
que tu latido apague cualquier llanto.
La vida pasa, no esperes.
Sé hogar, refugio, casa.
Sé el océano que enciende lunas
y no el río que degolla
amaneceres.
Espira.
Lento.