Reprimir el afluente de letras
es decirle a mí corazón que se pare,
y mi corazón que no soy yo
concurre endiablado a emborronar
aquello que mi mente construye,
y mi mente que no soy yo, busca
al corazón para que no se pare el río,
para que no se pare el río que soy yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario