miércoles

 


Se me da bien disimular,

demasiado bien (diría yo)

que estoy agonizando.

A mí, que esculpo con lágrimas 

mi sepultura e inundo de 

" te quiero(s)" mi epitafio.


A mí, que intento mudarme a 

otros recuerdos, sin olvidar (aún)

aquellos que imaginé en la

memoria del alma.

Una parte se aferra a la tierra que 

me cubre y me transforma en

nada y otra a tus manos que 

regresan llenas de flores y

rememoran todo lo que enterré 

un día.






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