En mi interior
siento un desgarro extraño,
un quiebre en la piedra,
un arrebol de antaño.
Me detengo a escuchar
el crujir de las hojas,
el descenso en las olas
que duermen en mi mar.
Ya no hay nada que hacer...
La luna mensajera
me lo ha entregado en mano ,
firmé mi primavera
y me dejó un verano.
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