Sueño con volver a las noches mansas,
donde mi cuello se deshace en tu boca,
se desliza entre tus labios y se eleva, solo,
así de solo cómo un capítulo sin final,
alargando un gemido entre los hombros.
Notas la elasticidad de mi cuerpo
buscando el tuyo , allá dónde no hay remanso,
dónde se acunan las manos y amanecen de porfía
los arrullos y las risas.
En la vaguada de mi omóplato reposan tus
golondrinas , y tú, adyacente a mis costuras
aplacas tu figura de dios .
Cómo si yo no supiera que es tu supino pez el que
me navega, y yo no fuera una elipse dibujada
con la saliva de tus epílogos.
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