sábado

 



Más allá de la falla, trás el alba 

que se desviste en la proa,

está mi amado,

con sus ojos poblados 

de palabras perennes y 

de niños felinos 

jugando al escondite,

ocultando el abrazo 

que sane esta nostalgia,

este frío de acero,

este trópico íntimo,

esta pálida aura,

esta tóxica calma.

Mi amado...

El único veneno del que 

no quiero soltarme.

Sin el antídoto muero.

No me importa no salvarme.





No hay comentarios: