sábado

 



Perturba el ruido la paz que en mi reposa.

El aroma sencillo de una mañana nueva.

El pelo acicalado, la piel nutrida,

el bruñido del alba 

pintàndome una rosa.

La locuaz simpatía 

cruzando la parábola 

que reta un nuevo día.

El amor que se posa

en las horas nacientes,

para afrontar mil dudas,

contemplándolas.

Abrir los ojos y la puerta.

Aceptar lo que pienso y 

despertar por fin a la palabra,

dejar que el mundo gire 

entre las náyades y

contener mi falda enamorada.

No cerrar la ventana.

Llevar el viento en mi mirada,

su aliento,

para que no se quede,

para que vuele libre 

en las calles y las avenidas.

En cada mar , remar,

en cada remo, un paso ,

una zancada que vibre,

una pizca de emoción,

un suspiro ,

una sonrisa 

y despertar.






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