viernes

 



El viento me trae su nombre 

y su voz  es de viento.

Imagino mecerme  en sus cuerdas vocales , en sus notas de acero,  mi tracto.

Te quiero tanto...

Me dibujo en su tono ardiendo en mi Fourier , en su áspero timbre agravando mi agudo.

En ese ostro ignífugo  , grave, como ninguno.

De Oriente hasta poniente 

abrazando un mistral.

Ese ser magistral que 

trenzado a mí  brisa me saca 

una sonrisa entre nubes de cal.

Él es para mí lo que una estrella al cielo, lo que la espuma al mar,

la diferencia exacta del ser al soñar,

el paradigma infante de un aire pasajero que se torna huracán.

Te quiero tanto...

Tal vez te quise.

Te querré siempre.

Quizá.







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