sábado

Seis por cuatro (rescate)

 

Ella quería cantar un sueño de ojos abiertos.
Se compró un reloj con treinta horas para tener mas tiempo.
Pero el tiempo era el mismo  y

no sabía que hacer con esas seis horas que le sobraban o faltaban.
No sabía si sumarlas o restarlas. Así que se compró
también un diario seis por cuatro.

Cada cuatro días del reloj era un día del diario,
cada mes siete, ocho o nueve días,
cada año unos tres meses...
Ella siempre se guiaba por las manecillas del papel.
Así se ralentizaba todo, hasta los recuerdos.
Así se alargaba todo, hasta la esperanza...

Una mañana o tarde cualquiera,el universo se
confabuló a favor o en contra de ella y quiso jugar.
Sacó de su chistera un cruce de caminos y en una
rotonda de la vida volvieron a encontrarse.
Ella sintió como él la abrazaba con fuerza y deseaba besarla.
Como se aguantó el llanto y las ganas de inundarse en ese beso.
Frente a un café y después de una larga conversación y
un raudal de amor soterrado, él le confesó que desde que
se abandonaron apenas dormía seis horas diarias.
En ese momento ella supo que había cantado un sueño
dormido,de ojos cerrados. Se quitó el reloj, tiró el diario
y se olvidó de soñar.







Cuentan que él... jamás dejó de soñarla...despierto.




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