domingo

 


Ambos somos tímidos.

Por eso cuándo encontramos el extremo de uno en el otro hacemos una bolita de hilo, de nieve, de sueños...

Y nos desenredamos sin pudor.

Su boca en mi pezón, la mía en su glande, su dedo en mi pelo, el mío en su lengua.

Y así pasan los días:

En y des (enredándonos)





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