viernes




El sol está sangrando glóbulos negros.

Aguijones de abejas quiebran

los féretros, 

que de cimas más altas siguen

cayendo, y rompen los silencios

abruptos del cementerio.

Deshilachado el río, pierde el torrente, anegando los gritos de dos imperios.

Esposando a la luna que cae creciente ante los ciegos ojos 

de la impasible muerte.

Así se abren las tumbas.

Así el sepulcro.

Así crece la turba

de los difuntos.

Así se  reproduce toda la historia.

Así el odio se instala en la memoria.








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