viernes

 

Aquel muchacho me mira con lascivia. 

Me imagino montándome con él sobre la barra...

Paro en seco.

Pero la imaginación es una irrefrenable estampida de animales.

Me pido una "Amuerte"  con lima y mucho hielo, y saco un Ibuprofeno del bolso.

Para el dolor.

Para los dolores.

Tal vez mañana me arrepienta, cuando derramada sobre él me lama como un perro en llamas.

Ahora pienso: no lo hagas.

Pero el pensamiento es ese tenebrio ; ese alimento vivo y digerible sin punto de retorno.

Quizás trás unos tragos y un cruce de miradas...

O quizás no.




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