viernes

 Me ha crecido un hombre en el pecho.

Con su risa de niño y su llanto reflejo que yo tiño y destiño

empañando el espejo con mis dulces gemidos y el vaho de mis besos.

Me ha crecido un hombre en el alma.

El alma me ha crecido en un hombre.

Y luzeo, luzeo.

Y ahora no sé qué hacer con este fuego que pliego y que despliego cual dron origami recorriendo mi cuerpo.

Me ha crecido un hombre en mis ancestros, en mi tótem, en mi piel, en mi sexo.

Que prendido a sus brazos ha dibujado un cielo.

Y luzeo, luzeo. 








2 comentarios:

Myriam dijo...

¡Qué maravillosa alegría volver a verte por aquí!, mi querida Leni.
Siempre te recuerdo con mucho cariño, siempre.


Besos y abrazos y que esta llama crezca.

L. dijo...

En las raíces, mi Myr. Está mi Brisa, pero no puedo abrir al público.
La alegría es inmensa al reencontrarte. Ese cariño es mutuo.Ojalá tengamos otra oportunidad como aquellas...

Esta llama me tiene ya prendida.
Besos y abrazos , miles.